viernes, 3 de mayo de 2013

REPORTAJE INSECTOS COMESIBLES


¿Son insectos? sí y también se comen, en la localidad de Capulapa municipio de Huatusco, hoy es un día diferente, no solo por el cambio de clima tan considerable, sino también porque el rostro de la gente se nota cansado, con sueño pero muy satisfechos, pues tendrán sobre su mesa un platillo delicioso y típico de la región.

 

Y es que la aventura inicio desde ayer por la tarde, pues se necesitaban bolsas de plástico, botas, camisas de manga larga y lámparas, ya que eran indispensables para esta ocasión. Las horas de sueño iniciaron a las ocho de la noche pues se necesitaba madrugar y así fue.

 La alarma sonó justo a las tres de la madrugada, cuando el mejor de los sueños está por iniciar, el cual dejamos en suspenso pues la hora había llegado y teníamos que salir.

Nos dirigimos al que sería nuestro destino, un hormiguero, para lo que recorrimos varios kilómetros para llegar hasta ahí.

Al hablar de hormiguero, se preguntaran a ¿Qué fuimos?, acudimos a este lugar para capturar “chicatanas”.

La palabra chicatana  y sus derivados vienen de la palabra náhuatl tzicatl de tzi, que se traduce como grande y atl traducida como hormiga, como sabemos el nombre que se le otorga depende del lugar donde se encuentre (localismos), dialectos y lenguas  autóctonas.

 Es por esto que también recibe el nombre de arriera, hormiga campestre, hormiga de San Juan, cuatalata, chancharra, chicatana, chicantana, chícatera, tzicatera, shícatera, jibijoa, machomo, monchona, parasol, quiss, nacasma, nokú, nucú, tepeoani, zompopo, tzim-tzim, tzín-tzín, tzitzin.

 

Ya estando allí nos preparamos, nos pusimos bolsas de platico en los pies y las atamos con un hilo, para evitar la entrada de arrieras (también conocidas como cortadoras) y sufrir mordeduras, asistimos alrededor de cinco personas, todos emocionados pues para algunos era la primera vez que acudíamos a capturar esas hormigas.

Sus hormigueros son muy grandes y pueden extenderse a más de 100 metros cuadrados, alcanzando una profundidad de más de 5 metros. Sus nidos son perennes ya que pueden durar hasta 50 años.

 





Y ¿porqué estos insectos deciden salir de sus nidos? La respuesta es que en esta temporada inician su “vuelo nupcial” que justo se da cuando inicia el período de lluvias junio- julio; según personas adultas del lugar deben de caer por lo menos dos aguaceros fuertes y en la madrugada empiezan a salir.

 Es ahí donde entramos en acción para recolectarlas, parece fácil pero no es verdad pues las arrieras vienen acompañando a las chicatanas y te pueden subir en todo el cuerpo causado mordeduras, por eso el uso de bolsas de nylon, pues las mordeduras son muy dolorosas y pueden ser demasiadas.

Una técnica para su captura, es el uso de lámparas muy grandes, pues estos insectos buscan la luz y ahí se reúnen muchos de estos, siendo la recolección más fácil, se introducen en cubetas de plástico o de zinc con agua, pues como tienen alas se salen con facilidad del recipiente.

 

Estuvimos en el hormiguero hasta las seis de la mañana, y logramos recolectar tres cubetas llenas de estos insectos.

El trabajo no termino ahí, nos dirigimos a casa, donde tendría que prepararse este típico platillo de toda la región huatusqueña, donde se iniciaría con la selección, pues a los recipientes se introducen junto con arrieras, y mionas (llamadas así por su peculiar olor a orina), la cuales no son comestibles, se escogen solo las chicatanas que son de mayor tamaño que las mencionadas anteriormente, y de color casi negro.

 

Para su elaboración se eliminan las patas y  alas, luego de tener algunas pasan a ser guisadas en un sartén con poco aceite y sal al gusto. Estas ya pueden ser consumidas.

Pero el platillo más conocido y sabroso es la salsa de chicatanas, para la cual se necesitan chiles verdes o rojos tostados, un ajo, las chicatanas guisadas o tostadas, sal y agua.

La manera más tradicional de elaborarla es usando el molcajete, donde se muele el chile junto con el ajo hasta combinarlos completamente, se agregan las chicatanas las cuales también se machacan hasta integrarse a la pasta del chile, se agrega agua (la necesaria) y sal al gusto.

O de manera más fácil que es licuando todos los ingredientes, pero muchos aseguran que el sabor no es el mismo que cuando se elabora en molcajete.


Así pues con este platillo sobre la mesa, es que se finalizo esta aventura donde conocimos este alimento muy nutritivo y sobre todo delicioso y que hace única la región de las altas montañas, Huatusco.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario